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17.05.2008

Sobre La Fábrica de Sombreros

LOS OCUPANTES DE LA FÁBRICA DE SOMBREROS DECIDEN CONTINUAR CON SUS ACTIVIDADES Y EXIGEN LA EXPROPIACIÓN DEL INMUEBLE
5, Mayo, 2008

Exigen que se legalice la actual situación de “expropiación social”

Los colectivos sociales y políticos, vecinos/as y artesanos/as que el pasado 26 de abril entraron en la antigua Fábrica de Sombreros de la calle Heliotropo han decidido en asamblea continuar con la rehabilitación del edificio y seguir organizando actividades sociales y culturales para dar uso a este inmueble abandonado. Reclaman al Ayuntamiento que como primer paso cumplasu compromiso de expropiación, adquirido hace más de dos años. Para ello comenzarán una campaña que pretende legalizar la situación actual de “expropiación social”.

En este sentido los ocupantes han mostrado un vídeo en el que el Delegado de Urbanismo de Sevilla, Emilio Carrillo, aseguraba públicamente que el edificio sería expropiado en un plazo máximo de dos años. Pasado ya el plazo prometido por Carrillo, se ha decidido la “expropiación social” del edificio y el inicio de una campaña para la legalización de esta situación de hecho.

Esta campaña consistirá en la recogida de firmas y apoyos a través de un manifiesto, el estudio detallado de la situación del inmueble a cargo de una comisión técnica compuesta por especialistas en arquitectura, antropología y geografía, la continuación de las tareas de limpieza y rehabilitación, y la organización de actividades que den uso al espacio abandonado.

Una vez expropiado el edificio se prevé abrir una vía de diálogo sobre el futuro del mismo que corrija la lamentable situación que se produjo entre la aprobación inicial y final del PGOU, cuando pasada la fase de debate y exposición pública, el Ayuntamiento cambió la calificación de los espacios dedicados a actividades artesanales por suelo residencial. Desde esta acción se pretende denunciar la pasividad de la Administración frente a la pérdida de estos espacios y la expulsión de los artesanos y artesanas que mantienen una actividad históricamente vinculada al casco norte de Sevilla. Por ello, el objetivo no se limita a preservar el valor histórico y cultural de la Fábrica de Sombreros sino también de otros espacios como los corralones de Castellar, Bustos Tavera, Pasaje Mallol y Plaza del Pelícano.

También se quiere garantizar la rehabilitación de este inmueble histórico y su puesta en valor a través de un proceso realmente participativo que anteponga las necesidades del barrio, carente de espacios sociales, políticos y culturales, al interés privado y la especulación.

Desde la ocupación del inmueble la semana pasada se han organizado diversas actividades sociales, culturales y políticas como proyecciones de vídeo, actuaciones flamencas, talleres de artesanía y un cabaret de circo. Entre estas actividades destaca la visita guiada a la fábrica del pasado jueves a la que asistieron muchos vecinos y vecinas de todas las edades. La asistencia masiva obligó a dividir en varios grupos a los asistentes. La visita, que contó como guías con profesores y estudiantes de la Escuela de Arquitectura, recorrió las instalaciones de la antigua fábrica para mostrar su valor histórico y cultural.

Además, desde el momento de la ocupación se han llevado a cabo tareas de limpieza y desescombro. A la espera del estudio de la comisión técnica se han acotado las zonas más degradadas y, hasta el momento, se ha acondicionado la entrada, aseos, el patio y varias naves para acoger las actividades. También se ha creado un “Museo del Sombrero” en el que se exponen los objetos y documentos encontrados en el espacio con el objetivo de preservar su memoria y difundir el pasado de esta fábrica y de la vida cotidiana de sus trabajadoras y trabajadores.

Numerosos vecinos de la calle Heliotropo y Castellar han pasado por la Fábrica y han mostrado su apoyo a esta iniciativa. Desde el primer momento se ha tenido contacto con los mismos para evitar que las actividades llevadas a cabo ocasionen la más mínima molestia. La calle Heliotropo ha sido rebautizada como “El callejón del silencio” y los vecinos y vecinas, algunas personas de avanzada edad, han felicitado a los ocupantes por el respeto mostrado y la capacidad de organización para evitar que el derecho al uso social y cultural del espacio entre en conflicto con su derecho al descanso.