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21.01.2006

Televisión 2.0

La TDT, en Francia, ha reavivado las pasiones sobre la televisión , además de los viejos debates entre los usuarios tradicionales y los defensores de las televisiones ciudadanas y locales. De manera que no será ahí forzosamente donde se sitúen las verdaderas posiciones de la televisión de pasado mañana, que podrá ser profundamente diferente a todo lo que conocemos hasta el momento.

Podríamos decir que la televisión no ha evolucionado mucho en estas últimas décadas, o más exactamente, los medios de acceso a ésta (satélite, cable, multidifusión) más que la televisión en sí misma, o más que los programas televisados, que han evolucionado. El lanzamiento de la Televisión Digital Terrestre (TDT - TNT en Francia) en el pasado marzo de 2005, a pesar de que se trate de un acontecimiento histórico, ha fracasado en algún momento: encontramos en los 14 canales disponibles un buen número de cadenas existentes, así como la mayoría de los habituales del PAF (acrónimo del paysage audiovisuel français). Y si la calidad de la televisión digital y el precio de la oferta pueden parecer atractivos, es sin duda mucho menos verdadera la diversidad de los programas difundidos por esta vía, en particular cuando se trata de la televisión local.

Por tanto, todo esto es doblemente paradójico. En principio porque el lanzamiento de la TDT puede dar la impresión de una “falsa novedad” acentuada, más generalmente, con la impresión de que la televisión no cambia “verdaderamente”. Se convierte en digital y en más accesible, sin duda alguna, pero el objetivo no es realmente el de modificar ni los programas, ni a quienes los hacen, y no buscamos ni mucho menos en sacar partido a los nuevos vectores de difusión, principalmente de internet.

Esta constatación es igualmente paradójica en la adhesión que muestran las televisiones locales y alternativas a invitarse a la parrilla de la TDT. Para una televisión local ¿cuál puede ser el interés de aparecer en la parrilla de la TDT? Es cierto que nos puede resultar chocante, como lo pone de manifiesto Gilles Crèmieux, que los habitantes de Burdeos o de Lyon tengan acceso en la TDT a 14 canales nacionales, pero no a la televisión local (TV7 para Burdeos y TLM para Lyon). Pero también nos puede llamar la atención la distinción aparentemente clara entre la “televisión tradicional” (sea o no TDT) y las otras vías posibles como son la TV por ADSL o la televisión a través de internet. ¿Seguirá teniendo sentido dentro de algunos años querer ser difundido absolutamente en una red digital hertziana?

El ejemplo de “Tele- Plaisance” (Tele-ocio) es, desde este punto de vista, interesante. Una de las más antiguas “televisiones-libres” francesa, “Tele - Plaisance” multiplica las experiencias “tele-visuales” desde 1997, a golpe de emisiones (algunas veces piratas) producidas en apartamentos (o en sótanos...) y difundidas más o menos legalmente a través de la red hertziana. En 2003, perplejos por las coacciones de la CSA (Consejo Superior del Audiovisual Francés), la televisión tomó la decisión: “¡mejor difundir en internet!” nos explican para justificar la paralización en la difusión hertziana. Pero estas alteraciones no se quedan aquí, Tele-Plaisance está entre una de las primeras que van a figurar en la parrilla de la TV por ADSL gratuita. Dicho de otro modo, después de haber sido una cadena hertziana, más tarde difundida exclusivamente a través de la web, Tele-Plaisance vuelve a ser una “televisión verdadera”, pero difundida vía ADSL.

En el núcleo de la cuestión, este recorte “forzado” entre televisión tradicional y otros modos de difusión puede resultar llamativo.

Debido a que por muchos aspectos, es fácil anticipar el hecho de que la televisión, en su sentido más amplio, está a punto de conocer una revolución de una amplitud sin precedentes, al lado de la que la llegada de la TDT podría ser una mera anécdota.

Cuando la televisión explota

A pesar de las apariencias, el paisaje audiovisual francés y extranjero está en efecto en profunda mutación. Numerosos ejemplos lo atestiguan.

El primero es sin duda el proyecto de Current.tv. Este último, es una iniciativa ambiciosa, lanzada por muchos empresarios y especialistas en medios, entre los cuales figura Al Gore, ex vicepresidente de los Estados Unidos, si hacemos memoria, uno de los entusiastas promotores del desarrollo de internet. Current.tv es una cadena de televisión (en el sentido clásico del término), difundida por cable a 20 millones de hogares, en la que el contenido sin embargo es producido por una gran parte de los mismos espectadores. Esta “primera red nacional creada por y para aquellos de 18-34 años” propondrá 24h/24 a partir del mes de agosto de 2005 “programas independientes” sobre todo en formato corto (de 15 segundos a 5 minutos). “Internet ha abierto las compuertas a los jóvenes, en el que sus pasiones pueden ser por fin entendidas, pero la televisión no los ha seguido. Los jóvenes adultos tienen una voz fuerte, pero esta por el momento no se hace sentir en la televisión”, explica Al Gore, añadiendo que él trata de “dar a la televisión la misma fuerza de expresión que la web” y al mismo tiempo “transformar la televisión al igual que los medios”.

Concretamente, este anclaje resuelto en la “net culture” tomará la forma de un sitio web dedicado a videastas amateurs donde enviar sus videos, y en el que los mejores serán difundidos en la web en formato comprimido además de la difusión por cable a los televisores. Este anclaje cultural, se manifiesta igualmente en la sociedad con Google que propondrá también las emisiones en formato corto, en un programa llamado “Google Current”. Estas emisiones de una duración de 30 segundos a tres minutos, difundidas todas las horas y media, explicarán “lo que los usuarios de Google buscan en un momento determinado”. En otras palabras “televisaremos” lo que pasa en la web, en tiempo real.

Esta sociedad marca una etapa de las menos notables de la evolución de Google, que se convierte en un buen productor de emisiones televisadas. Se inscribe, por el resto, en una serie de anuncios y experimentos que dejan pocas dudas en cuanto a las ambiciones de la empresa en materia de vídeo. Después de haberlo lanzado hay desde hace algunas semanas un servicio de video, permitiendo la búsqueda entre millares de videos publicados por las principales cadenas televisivas, Google propone algunos días después, en versión beta, un servicio que va más allá. Este “Video Upload Program” permite a los internautas que lo deseen colgar sus propios videos personales en Google. “Nuestra misión es organizar la información mundial y ofrecerla de un modo útil y accesible”, nos recuerda en la web, invitando a los aficionados a mandar sus propios videos, “sea cual sea el formato, su duración y su contenido” (exluyendo las imágenes con contenido pornográfico). Google no precisa claramente cual será la suerte que correrán estos archivos, pero indica que vendrá a aumentar el flujo de los vídeos que provienen de las televisiones, y que los productores podrán elegir difundir sus imágenes de una forma remunerada.

Tratándose de Google, que gestiona por el momento uno de los más grandes servicios de blog mundiales (Blogger, acreditado por ocho millones de blogs), podemos pensar que el video se inscribe en una continuidad lógica, marcando la llegada del “ciudadano-reportero”, produciendo él mismo su contenido, en todas las formas disponibles.

Esta lógica, defendida con rigor por algunos periodistas y blogeros de prestigio, da lugar de momento a muchas iniciativas de envergadura, principalmente, la apertura el mes pasado del servicio OurMedia. Éste, seguido de una gestión OpenSource y benévola, tiene visos de convertirse en una plataforma privilegiada para todos los internautas que deseen publicar informaciones, ya se trate de textos, de fotos, de imágenes o de videos. “Video-blogs, álbumes de fotos, videos personales, podcasting, documentales periodísticos, folletines políticos, clips musicales, entrevistas, historias, cuantos para niños, animaciones en Flash, peliculas de estudiantes- todo tipo de obras digitales han comenzado a florecer, mientras que internet aumenta su posición de gran medio en el que nos reunimos para informarnos, divertirnos o enriquecernos mutuamente”, leemos en la web. Un mes después de su apertura, el servicio ha atraído a no menos de 13000 miembros que difunden por esta vía, sobretodo, una buena treintena de videos de aficionados cada día. Este “medio en el que todo el mundo produce y posee” se inspira directamente en el servicio coreano OhMyNews, el primer ejemplo del género, con más de 40000 “ciudadanos- reporteros” y al que se refieren numerosos usuarios de las blogosfera (así como los creadores del proyecto Current.tv sin grandes aspavientos).

Podemos mencionar igualmente Brightcove, fundada en marzo por Jeremy Allairem, quien piensa “transformar Internet como nosotros lo conocemos” proponiendo un “servicio de televisión internet innovador” para todos los productores de televisión y de video que deseen difundir sus contenidos en la red. O incluso la “Participatory Culture Foundation”, una iniciativa militante que tiene visos de convertirse en una plataforma de televisión y de video por Internet libre y gratuita, en la que “todo el mundo pueda difundir videos en pantalla completa para millares de espectadores y con un coste insignificante”. Este proyecto es uno de tantos otros, como “DV Guide” que difunde en la red videos a través de las P2P (consultar nuestro artículo “Televisión: el verdadero impacto de las P2P”). Observemos al fin, en Francia, la apertura reciente de “Daily Motion”, un servicio que permite a los internaturas publicar on line videos de aficionados.

La televisión , ¿princesa caída?

Pero qué es el verdadero contenido, cuando dividimos los modos de producción, lo es igualmente en las terminales. Y no es la menor de las mutaciones: la televisión bien podría dejar de ser la terminal privilegiada para ver imágenes televisadas y /o videos de toda naturaleza.

Lo sabemos, a través del desarrollo de la 3G, los operadores de telefonía tienen en su punto de mira “la televisión en los móviles” (sobre los aspectos técnicos de la cuestión, podemos consultar el libro blanco publicado recientemente por la Alianza TICS, PDF). Otro de los servicios propuestos a los particulares por Orange y SFR, está a la orden del día en experimentación. SFR presentaba por ejemplo, en el Salon de la Nouvelle Ville organizado por la Asociación de Ayuntamientos de L’Ile -de- France, un proyecto de televisión local a través de móviles, “Rosny TV” destinado a los habitantes de Rosny-sous Bois. Una primicia. Muchas otras empresas, por supuesto francesas, ya están especializadas en la producción de contenido televisual para las plataformas móviles. Es sobre todo el caso de Sporever, en el campo de la cobertura de acontecimientos deportivos. La empresa, cofundada por el antiguo director de deportes de France Télévisions, Patrick Chêne, fue recompensado tras la última edición de Capital-It por su “fuerte potencial de desarrollo”, que podría tal vez concluir próximamente con una entrada a bolsa.

Punto de divergencias de esta evolución que toca tanto los contenidos como los continentes, es el servicio “MSN Video Download” , lanzado por Microsoft hace algunos días, propone bajar videos en las terminales móviles -smartphones, PDA o reproductores de video- equipados con Windows Mobile (en contra con la terminal móvil Zen de Creative). Los contenidos propuestos provienen tanto de las grandes cadenas de TV tradicionales (CNBC, Fox,...) como de las web-TV y otros servicios de difusión de videos en la red (iFilm, por ejemplo). El servicio, limitado hasta ahora para los usuarios estadounidenses, necesita del abono de 20$ al año (y no por mes como algunas veces han escrito nuestros colegas).

Y podemos seguir dando ejemplos. A penas introducida en el mercado, la PSP, nueva consola portátil de video juegos de Sony, parece dar lugar a su primer desvío de uso. La consola, siendo capaz de leer videos (MPEG-4) ¿por qué no hacer una terminal susceptible de leer flujos televisados y otros video-blogs? Las primeras soluciones que permiten convertir los archivos de video para leerlos en la consola ya han aparecido. Hablamos igualmente de “PSPcasting” por analogía al podcasting, para diseñar soluciones que permiten bajarse archivos (utilizando BitTorrent y RSS, igualmente), convertirlos y guardarlos en la PSP para visulizarlos ulteriormente.

De la convergencia a la divergencia

Todos estos ejemplos parecen claramente enunciadores de un cambio profundo. Estamos en el punto de salir del paradigma según el cual un puñado de individuos producen las imágenes de video para centenas de millones de otros que los miran en su televisor, para entrar éstos en un paisaje audiovisual extraordinariamente proteiforme, en el que todo el mundo -o casi todo- es potencial y simultáneamente productor y espectador de imágenes, a través de una multitud de terminales y redes.

Algunos observadores subrayan esta transformación del “consumidor” en “pro-sumidor”, un consumidor/productor de información. Otros ponen de manifiesto la riqueza de estos nuevos medios, en el que los perfiles se dibujan en nuestros ojos. Explicando el concepto de podcasting en septiembre de 2004, Doc Searls escribía: “El podcasting nos va a alejar de los antiguos medios, en los cuales pasábamos nuestro tiempo esperando eso que queríamos escuchar y como queríamos también permitir a otros que lo escucharan”. Podemos decir lo mismo del video, y está bien eso que deja entender Bernard Gershon, director de la división de medios digitales de ABC News: “todos estos nuevos medios de difusión del contenido van a presionar a los antiguos modelos y conducir a hacer las cosas de otra manera” (citado por Cnet, que construye de momento un vasto dosier sobre el futuro de la television, en todas sus formas). “Tú solo puedes salvar la televisión” explica en cuanto a él Chris Anderson, autor de “Larga cola” estimando, que “la evolución de la televisión es el mejor ejemplo del paso de una era anticuada a una nueva era”, la televisión “nos implora a reinventarla”.

Ciertamente, podemos argumentar que todo esto no es para mañana. Como lo subrayan los defensores de las televisiones locales o alternativas, la difusión hertziana retrasa la “vía real” para tocar de manera eficaz a los millones de hogares. “La TDT regional es la mejor difusión para una televisión asociativa o no, puesto que la información a través de la televisión en antena (antena en el tejado) sigue siendo la más importante, permite a los canales tener el must carry (obligación de todos los operadores de retomar la señal de las cadenas locales) y también tener las ayudas y subvenciones de la Cocirep, de CNC, etc” subraya Navarro, creador de Téle-Plaisance.

Sin embargo la mutación está ya en curso. En una perspectiva a cinco o diez años, me parece difícil imaginar que la televisión siga existiendo en su forma actual. El fenómeno de los blogs, que se cuentan ya en decenas de millones, no marca sino los albores de los nuevos usos, perfilando un paisaje en el que todo internauta que lo desee pueda expresarse y hacerse oír. La generalización de los altas conexiones (ADSL, ADSL +, 3G, Wimax, fibra óptica), la democratización de cámaras de vídeo digitales (con los que serán equipados también los teléfonos móviles), la abundancia de almacenaje, la diversidad de soluciones de publicación y de montaje de video simples y potentes, todo eso no puede sino entrañar un cambio de los modos de producción y difusión de los vídeos.

En un primer análisis, podríamos de alguna manera creer que la llegada de una forma de “convergencia” se nos había anunciado millones de veces. En realidad, es mucho más una “divergencia” la que se perfila en el horizonte. No se trata de difundir en una terminal unificada los flujos de orígenes diversos, sino de admitir que diferentes terminales serán utilizados para captar, producir y difundir contenidos de todas las naturalezas. Las ofertas de TV por ADSL lo muestran a su manera: ninguna permite al usuario visualizar los flujos televisivos en su ordenador, por tanto directamente enchufados a su módem ADSL; todos necesitan un televisor.

En este “nuevo mundo”, sería por tanto simplista imaginar una separación marcada, entre la “verdadera” televisión, de la otra televisión en Internet. O entre la televisión, reservada a los programas habituales, y los móviles utilizados para ver los contenidos distintos. Esta mutación se resume en una frase: la televisión se desestructura. Esta evolución no dará seguramente cabida a mundos bien delimitados, sino a superposiciones parciales, en términos de uso, de difusión y de terminales. Ciertos programas estarán disponibles en todas las plataformas, otros producidos para una plataforma determinada. Ciertos terminales móviles captarán las ondas hertzianas, en pro de ser capaces de conectarse a internet, o a otros terminales móviles que se encuentre próximos, formando así redes locales instantáneas.

Otro aspecto edificante de esta divergencia tienta a los usuarios de este mercado. Algunos elementos tradicionales prueban experiencias de hecho notables. Es el ejemplo del caso del canal BBC, que anunció en el febrero pasado (2005) su servicio de descarga on line de videos de sus emisiones, en P2P (a través de un lector desarrollado para esta medida “Interactive Media Player”) y para un uso libre durante una semana. O incluso la MTV, en el que el servicio “[Overdrive-http://www.mtv.com/overdrive/]” permite la descarga gratuita on line de sus emisiones. Pero, para lo esencial, los usuarios tradicionales -incluyendo, curiosamente, a los usuarios del mundo de las televisiones alternativas - están bastante apartados de la “nueva televisión” que se perfila en el horizonte. Y, hoy en día, todos los ejemplos más prometedores de la emergencia de una nueva televisión emanan de “pure players” de internet, de start-ups o de iniciativas colectivas y ciudadanas.
(Sobre otro aspecto, no es anodino constatar que en materia de TV por ADSL, Free está en posición de liderazgo, con 300000 usuarios de los que 75000 acceden a canales de pago, después de las cifras anunciadas por Michaël Boukobza, director general de Free, en el seminario “TV y Video en Internet” organizado por la Universidad Dauphine a finales de marzo).

Transformándose de manera profunda, el paisaje audiovisual presenta hoy serias oportunidades para nuevos emprendedores. Conduce también a la mezcla de los géneros. Las nociones del productor, del difusor, del distribuidor y también del “telespectador” se tornan de más en más borrosas. Y finalmente, nos venimos a preguntar si la televisión del siglo 21 merecerá todavía el nombre de “televisión”. Visionando los programas cotidianos de un video-blogero en un servidor digital, ¿estoy a punto de vivir una experiencia televisual? Indexando y haciendo accesibles on line millares (o millones) de horas de programas de video provenientes de cadenas clásicas o de internautas, ¿es Google un nuevo difusor? Incitando a los ciudadanos a producir, publicar y compartir sus contenidos on line, OurMedia ¿puede convertirse en un estudio de creación audiovisual de un género nuevo, mundial, abierto a todos, y poseido por todos?

Estas preguntas encontrarán respuestas naturales con los usos que no dejarán de aparecer. Pero conviene no olvidar que lo que condiciona la TV de mañana no son los contenidos, los informes o los modos de difusión, sino los modelos económicos. Desde este punto de vista, lo que contará será la audacia de los anunciantes, las estrategias de los operadores de telefonía, el posicionamiento de FAI y de los grandes usuarios de internet en la cadena de valor, y la implicación de los “espectadores convertidos en productores” para hacer vivir en los medios alternativos un género nuevo.

Sea lo que sea, esta “versión 2” de la televisión está en curso de desarrollo. Y yo apuesto que será bien diferente de la que conocemos hasta hoy, que no ha evolucionado mucho que digamos -en el fondo- después de 50 años.

TDT, las Tv locales lo quieren ser

Varios responsables de las televisiones locales y/o alternativas se han expresado con severidad acerca del lanzamiento de la TDT.

Guilles Crémieux, fundador de la cadena “Clermont1ª” que se difunde en Clermont-Ferrand desde hace cinco años, explicaba en el diario Libération que “las televisiones locales se asustan” y lamentaba la ausencia total de televisiones alternativas locales en la TDT. También mostraba su opinión sobre Téleplaisance. El creador de la cadena, Navarro, lamenta las elecciones relativas a la TDT: “No hacemos otra cosa que abrir las ondas a los mismos jefes de empresa que podemos a través de cable y satélite, por tanto casi los mismos programas y creaciones audiovisuales”.

El CSA asegura sin embargo querer ampliar el campo de los programas difundidos por la TDT y actualmente procede a la auditoría de una treintena de proyectos. Entre éstos figura Zalea, una de las más antiguas televisiones alternativas, o también “Proxyvision”, un proyecto de televisión local presentado por la federación de Vidéos des Pays et des Quartiers (VDPQ) (Videos de Países y de Barrios), que reagrupa una veintena de asociaciones y de televisiones alternativas.

Zalea ha pasado la auditoría de la CSA (hoy mismo) y desde el principio, desde el 2002 ha sido candidato a primer proyecto de TDT. Para VDPQ, la TDT debe ser un vector para difundir voces alternativas. “ El proyecto ha sido presentado para no dejar todo el campo a las televisiones comerciales, y para mostrar la diversidad del paisaje audiovisual asociativo. Se tratará por tanto de mostrar que las televisiones asociativas existen, que son múltiples y diversas... y que falta compromiso por parte del Estado (es decir, falta de apoyo con fondos), todas estas iniciativas carecen de visibilidad”- leemos en el blog de la VDPQ. Para l’ Humanité, que recuerda que el impuesto de explotación de una cadena hertziana se eleva a los 2,5 millones de euros por año, “esta candidatura pretende ser un acto político simbólico”.

- Artículo original publicado en InternetActu
- Traducción: Rebeca Carrillo

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